La cola de Mercurio

En una investigación anterior de Mercurio, se mapeó una estela de gas de sodio de aproximadamente 40.000 kilómetros, pero los científicos planetarios del Centro para la Física Espacial de la Universidad de Boston, han encontrado que la cola puede extenderse a más de 2,5 millones de kilómetros del planeta, aunque dicha longitud puede fluctuar.

Observando la brillante luz emitida por los átomos de sodio expulsados de la superficie de Mercurio, los investigadores pudieron generar imágenes de las fuentes de otros gases más difíciles de ver que escapan de la superficie del planeta. Una vez expulsados estos gases, la débil gravedad de Mercurio no puede retenerlos y la presión de la luz solar los empuja lejos del sol, con velocidades iniciales muy altas. El resultado es una larga cola, similar a la de un cometa, detrás del planeta.

Si bien los átomos de sodio no son el componente principal del polvoriento suelo de Mercurio, por su brillo sirven como "trazadores" de otros gases más abundantes que son difíciles de ver con los telescopios terrestres.

Los átomos de sodio pueden ser detectados porque la luz que emiten está en la parte visible del espectro, el mismo tono naranja de las farolas de sodio que están en las calles de muchas ciudades.

Mientras que los cometas tienen a menudo colas visibles a ojo desnudo, la de Mercurio es demasiado débil. Para obtener las nuevas imágenes, el equipo de la Universidad de Boston utilizó cuatro telescopios, dos en el Monte Haleakala en Hawai y dos en el Observatorio McDonald en Texas.

Observando la longitud y el ancho de la cola, los investigadores pueden determinar las características de las fuentes que las producen en la superficie del planeta. Si ven cambios en la cola, estos se pueden relacionar con la variabilidad de las fuentes.

Extraido: La flecha.net